Así llamamos internamente a los encuentros que hacemos cada dos semanas en el Estudio. El nombre es algo impertinente, pues recuerda a aquella otra, de la década del 80, pero nuestro objetivo es mucho más modesto. Se trata de compartir, analizar y criticar nuestro trabajo. También buscamos crear una suerte de fidelización, sobre todo entre los más jóvenes, con la intención de que nuestra estructura sea siempre más horizontal. Esperamos que todos desde su lugar se sientan parte de los proyectos del Estudio, procurando evitar la excesiva “tabicación” del quehacer diario. El tiempo dirá si alcanzamos el objetivo, pero mientras tanto disfrutamos el viaje.